Research > Oceano & Bosque > Reserva Marina y Pesca Sostenible

Uno de los 17 países megadiversos del mundo, el Perú se encuentra entre las naciones signatarias de la Convención de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica. De acuerdo a las Metas de Aichi, 10% de los mares a nivel mundial deben hallarse protegidos para el año 2020. No obstante, hasta el momento no se ha aprobado una reserva marina en el Perú.

En el año 2012, la ONG Inkaterra Asociación presentó al Ministerio del Ambiente una propuesta técnica justificativa para la creación de la primera reserva marina en el Perú, en el mar tropical de Cabo Blanco.

El proyecto tiene por objetivo restaurar la biodiversidad, promoviendo el manejo sostenible de especies comerciales a través de la creación de nuevas pesquerías en áreas de reproducción. Inkaterra ha firmado acuerdos con las comunidades locales mediante la Municipalidad de El Alto y el Gremio de Pescadores Artesanales, y ha organizado talleres con especialistas japoneses en torno a prácticas de pesca sostenible y manejo del producto, incluyendo técnicas para procesar atún de calidad sashimi, a bordo del bote-escuela Analúa.

Inkaterra también está desarrollando el programa de trazabilidad ‘Del mar a la mesa’ junto al Ministerio de Producción (PRODUCE) para garantizar buenas prácticas y un alto estándar del producto, creando valor agregado para que los pescadores artesanales se beneficien de una cadena de suministro para hoteles y restaurantes. Una planta de hielo ozonizado ha sido construida en alianza con FINCYT para mejorar la conservación del pescado.

En un esfuerzo para reducir la migración y preservar la cultura local, se está recuperando el uso de embarcaciones ancestrales en Cabo Blanco. Esta tradición ha sido propuesta como Paisaje Cultural Vivo del Perú, primer paso para ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por UNESCO. Asimismo, la Miss Texas de Glassell y Hemingway fue restaurada por Inkaterra en el 2013, como símbolo de la recuperación del Mar Tropical Peruano.

Se promueve empleos verdes entre las comunidades locales, entrenadas en hospitalidad y actividades eco-amigables como observación de fauna marina (ballenas jorobadas, tortugas verdes y aves pelágicas), surf, y pesca artesanal y deportiva. Inkaterra también está creando infraestructura turística con un impacto social positivo: un nuevo muelle está por implementarse, mientras que el servicio de agua potable ha regresado a Cabo Blanco luego de que fuera interrumpido por el Fenómeno El Niño en 1983.

Inkaterra Asociación también apoya el diseño de políticas públicas para la conservación y uso sostenible de recursos marinos, como también la zonificación marina para crear corredores de conservación que buscan recuperar áreas priorizadas. A fin de salvaguardar la riqueza ictiológica de Cabo Blanco, se establecen alianzas público-privadas con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Ministerio del Ambiente (MINAM), el Fondo de Desarrollo de Pesca Nacional (FONDEPES), las municipalidades de Talara y El Alto y el Gremio de Pescadores Artesanales, entre otras instituciones.