12/08/2025

Una casa con alma

Este texto es un homenaje a la recordada Denise Koechlin, una gran dama que supo apreciar como nadie, el alma de una histórica casona antes de devolverle la vida. Con visión serena, sensibilidad, gusto impecable y profundo respeto, transformó Inkaterra La Casona en lo que hoy es: una joya exquisita en Cusco.

En el corazón del Cusco, frente a la Plaza Nazarenas, una casona del siglo XVI yacía en silencio.
Sus muros, desgastados.
Sus corredores, callados.
Su historia, oculta bajo siglos de yeso y pintura .
Pero las leyendas —y la casa— seguían allí.
Observando. Esperando.

Y entonces llegó Denise.
Otros quizá solo habrían visto ruinas.
Ella sintió una presencia.
Un susurro.
Un hogar anhelando renacer.

Durante cinco años recorrió sus pasillos con cuidado y reverencia.
Descubrió frisos coloniales ocultos por el tiempo.
Reveló murales que habían dormido en la penumbra durante siglos.
Devolvió la luz a maderas talladas que aún guardaban memoria del tacto humano

Denise no buscaba levantar un hotel.
Quería devolverle la vida a un lugar con alma—
una casa que, en su tiempo, había recibido a Diego de Almagro y Simón Bolívar.
Testigo de siglos, esperaba volver a ser habitada con una dignidad sin precedentes.

Así nació Inkaterra La Casona.
La primera propiedad Relais & Châteaux en el Perú.
Y quizá, la obra más íntima de Denise.

Hoy Denise ya no está.
Pero su espíritu perdura en cada muro, en cada detalle.
Su sensibilidad vive en cada rincón sereno.
Su amor por lo auténtico, en cada gesto de hospitalidad..

Porque gracias a ella, este lugar dejó de ser solo un edificio.
Es, nuevamente,
una casa con alma.